martes, 16 de noviembre de 2010

MI MEDIA NARANJA O MI COMPLEMENTO!


















Problemática de las relaciones de pareja: ¿Yo y Tú o Yo y cosa?
Entendemos por relación de pareja a dos personas que se encuentran en un vínculo con sentido y amor. El sentido hace referencia a que el vínculo es valioso para ambos (realizan valores estando juntos, logoterapéuticamente hablando, valores de experiencia). La presencia del amor involucra que entre los dos miembros de la pareja hay aceptación del otro tal cual es, con sus virtudes y defectos, más allá de las propias necesidades y vacíos, viéndolo no solo en su presente inmediato, sino proyectado hacia el desarrollo de sus infinitas posibilidades (base de la esperanza). Para tal nivel de encuentro cada miembro debe elevarse por encima de si mismo, solo así se puede contemplar a la otra persona tal cual es (aunque esto es fenomenológicamente imposible, por lo menos tener una visión del otro menos contaminada por lo propio). Es un encuentro en el cual no se llenan necesidades ni vacíos. Es un encuentro sin para qués.

El problema muchas veces se suscita cuando la relación con el otro no llega a ser vínculo. Solo queda en relación, una relación basada en la dependencia. Es decir, estoy contigo no por quien tú eres, sino por lo que llenas en mí. Este tipo de encuentro está condenado a la insatisfacción y a la desdicha. Si dependo de ese otro significa que pongo mis expectativas en el/ella. La persona “amada” se convierte en un objeto, ya que la usaré para tapar (nunca llenar) mis huecos vitales. Hay un para qué que enturbia el contacto. Cuando los velos del romance se caen, veo las partes de mi pareja que no encajan en mi expectativa y me frustro. Mi vacío queda sin tapar. He de buscar entonces una nueva pareja a quien tener. Así mis relaciones carecen de un valor significativo. Me será pues muy difícil descubrirles sentido.

Si se está pasando por esto la recomendación es revisarse. Preguntarse qué ocurre, para qué estoy con la pareja, que lleno en mí, que gano, que evito. Descubriéndome puedo ser más auténtico e integrado, aceptando mi necesidad insatisfecha. En la aceptación encuentro el primer peldaño hacia mi crecimiento, hacia mi ser más responsable. Desde mi ser espiritual, mi real yo, puedo ahora verte como eres, no como yo te quiero ver. En palabras de Kierkegaard: cuantos menos para qués tenga una relación, cuanto más amor y sinceridad.
Muchas gracias.
Psic. Alejandro Salomon
DAU  ESCUELA DE VIDA

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