jueves, 19 de julio de 2012

Estimulacion a un hijo


                                    
 
COMO ESTIMULAR A UN HIJO

Cuando era joven, se me consideraba un bribón. Cuando se escapaba una vaca de los pastos, se rompía una presa o un árbol aparecía cortado misteriosamente, todo el mundo sospechaba del joven Napoleón Hill. Y, además, todas aquellas sospechas tenían su justificación. Mi madre había muerto, y mi padre y mis hermanos pensaban que era malo, razón por la cual yo era realmente bastante malo.
Puesto que la gente me tenía en este concepto, no iba yo a decepcionarla.
Un día,  mi padre  anunció que se iba a volver a casarse. Todos nosotros nos preocupamos por la clase de nueva ¨madre¨ que íbamos a tener, pero yo, en particular, estaba decidido a que ninguna nueva madre que entrara en nuestra casa pudiera hallar un lugar en mi corazón. Al final llegó el día en que aquella mujer desconocida entró en nuestro hogar. Mi padre permaneció al margen y dejo que ella manejara la situación a su manera. Recorrió la estancia y nos fue saludando alegremente a todos…hasta que llegó a mí. Yo estaba rígido como un palo, con las manos cruzadas sobre el pecho, mirándola furioso sin la menor expresión de bienvenida en mis ojos.
¨Y este es Napoleón –dijo mi padre-. El peor muchacho de las colinas.¨ Jamás olvidaré lo que hizo  entonces mi madrastra. Apoyó ambas manos sobre mis hombros y me miro directamente a los ojos con un centelleo en lo suyos que siempre recordaré con cariño: ¿ El peor muchacho? –dijo-. De ninguna manera. Es el muchacho más listo de estas colinas y lo único que tenemos que hacer nosotros es sacarle de dentro estas cualidades.¨
Mi madrastra fue siempre quien me ayudó a abrirme camino por mi cuenta con los arriesgados proyectos que más adelante se convirtieron en la columna vertebral de mi carrera. Jamás olvidaré la gran lección que me dio a propósito del estimulo a los demás, dándoles confianza en sí mismos. Porque mi madrastra fue quien me hizo. Su profundo amor y su confianza inquebrantable me estimularon a tratar de convertirme en la clase de muchacho que ella creía que era.
Por consiguiente, puede usted estimular a los demás, teniendo confianza en ellos. La fe correctamente entendida, es activa, no pasiva. La fe pasiva es una fuerza tan inoperante como la vista en un ojo que no observa.
Espero les  haya  gustado…muchas gracias  mis  alumnos del  VIII diplomado en Logoterapia  y Sentido de Vida  a distancia por  tan lindo tema.
Saludos
Sandra.
Visítanos (https://www.facebook.com/dauperu)

No hay comentarios: