EL SENTIDO DE LA NAVIDAD
Por Alejandro Khaled Salomón Paredes
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Cuando Cristo Jesús nace, nacen con El una infinidad de posibilidades para los millones de hombres que habitan la tierra. La llegada de Jesús se revela como uno de esos hechos extraños, milagrosos, que iluminan el camino de la humanidad, sirviendo como ejemplo. Ejemplo de ser realmente humano, para que nosotros lo seamos un poco más. Es aquí donde se encuentran escondidas nuestras posibilidades.
Jesús se nos muestra en su real dimensión cuando se nos presenta como hombre. Como persona que piensa, siente, sufre, goza, necesita y elige. Nos brinda a través de su ser una visión clara del ser responsable, del ser que se acepta y acepta la vida luego de estar cegado. El ser que duda y que se aclara. Humana imperfección que se trasciende cuando se entrega a amar al otro más allá de su propio amor y pone la otra mejilla, invitándonos a ser enérgicos cuando hace falta y humildes cuando la situación es límite.
El sentido de la Navidad es indescriptible e inexplicable, porque está en el mundo de cada uno de nosotros. Está en la vida misma cada vez que nace el niño para cada quien en su pesebre. Solo podría hablar del sentido que la navidad tiene para mí. Lo que yo descubro en ese hecho que me toca, que tiene relación conmigo, que me vincula a ese otro ser humano que nace siempre y que me tiene un obsequio escondido en su presencia.
Cristo Jesús nos da una mano, con su vida, su ser y sobre todo con aquello que movía su voluntad, algo o alguien que no era El mismo, hacia donde El iba, y fue. Es el para qué de su existencia. Seguir el camino de su ejemplo es seguir un camino (de los muchos) hacia nuestro ser humano más auténtico y libre, hacia nuestro ser espiritual, hacia nuestro yo real. ¡A caminar!
¡Feliz Navidad!
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